140 caracteres: la época del pensamiento contenido
Lilian, 1923, de Dod Procter.
140 caracteres: la época del pensamiento contenido
Por
Karla Joseline Bautista Morales
Tras
la lectura del texto La educación de
Fernando Savater, no queda duda de que es la argumentación la médula del
pensamiento, pero es este ejercicio crítico que se ha relegado y ha sido
remplazado por la brevedad y la rapidez. Una de las redes sociales más usadas
en la actualidad es twitter, donde es
obligatorio contener una idea en 140 caracteres, aunque también se ha creado
una forma de extender un poco más el discurso a través de los hilos, que consta
de una dinámica de publicar varios tweets
en secuencia. Ahora bien, esta brevedad que caracteriza a la comunicación del
siglo debe pensarse como un medio de expresión más y no como el único para
efectuar discusiones de temas relevantes. Empero, no significa que usar twitter sea malo, sino más bien, cabe la
urgencia, en este punto, de trasladar la argumentación y discusión a otros
espacios donde pueda realizarse con mayor amplitud.
En ese sentido, pensar que las redes
sociales son dañinas es un sinsentido y prejuicio, en cambio, vale la pena
repensar la forma en que la rapidez y accesibilidad que nos proporcionan la
tecnología ha modificado la comunicación, pues ahora somos capaces de saber lo
que pasa al otro lado del mundo en tiempo real. Ahora bien, en las escuelas es
sumamente importante que el docente enseñe a sus alumnos a, como bien dice
Savater, navegar por el mar de información que nos ofrecen las nuevas
tecnologías.
En este punto, habrá que reflexionar
sobre la atención, Savater nos explica que para lograr un progreso es necesario
prestar atención, y podrá parecer algo simple, pero en la actualidad, en la que
casi todos tienen un smartphone en la
mano, es difícil prestarle atención a un solo escenario, pues en la palma de la
mano tenemos acceso a un sinfín de información, videos e imágenes que convocan
nuestra atención, por lo cual, valdrá la pena pensar en un presente más
presente, es decir, en este tenor, los maestros pueden enseñar a sus
estudiantes a utilizar el smartphone
de manera más consciente, para que sepan en qué momento utilizarlo, cómo
utilizarlo: desde buscar información hasta saber discernir entre lo verdadero,
lo falso, lo necesario y lo superficial.
Así también, me parece sumamente
valioso regresar nuestros pasos como humanidad y voltear a nuestro origen, a
aquellos niños que fuimos y en que veíamos el mundo con nuevos ojos, con un
asombro inagotable y teníamos una pregunta para todo. Ese ejercicio de la
pregunta nos puede llevar a ser más reflexivos y críticos, lo que abonará a
nuestra capacidad de argumentación.
No podemos permitir que el tiempo
vertiginoso que nos ofrecen las redes sociales nos quite de las manos el presente,
que las ideas tengan que contenerse en 140 caracteres, en donde las discusiones
sean infértiles y las redes sociales nos digan qué pensar y cómo hacerlo. Es
preciso apropiarse de todas las herramientas que nos ofrecen las nuevas
tecnologías, pero también cuestionar el propósito y funcionamiento de éstas,
pues no podemos descubrir y repensar el mundo únicamente a través de una
pantalla, apelemos pues, a un inagotable asombro y reflexión.
Referencias
La educación, en Savater,
Fernando (2012). Ética de urgencia. Pp. 31-49. México: Ariel.
Siempre he pensado que las redes sociales deben ser una herramienta que nos permitan interactuar, sin embargo, esto se ha prestado a dejar de lado la reflexión y argumentación sobre los temas. Tenemos muchas cosas que modificar respecto al uso de ellas y su relevancia en nuestras vidas cotidianas.
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